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OPRESIÓN -SOLUCIÓN PRIORITARIA-LIBERACIÓN

Foto del escritor: Dr. Rey EstradaDr. Rey Estrada

Todo lo que oprime empuja hacia abajo. Presionar es someter rudamente. Hay opresión permisiva que es dónde una persona acepta que la otra la someta a su voluntad sin importarle su derecho a la libertad. La persona sometida soporta toda clase de vejaciones que son maltratos y humillaciones constantes. En todo poder sobre la otra persona hay opresión. En muchos casos la mujer oprimida deja a un lado su dignidad, sus derechos y sus deseos por no contrariar a su opresor marido o pareja.

¿Qué hace el opresor marido o pareja con la mujer? La somete. Le restringe. Le anula emocionalmente y aun físicamente. El opresor está causando violencia de género, ¿Qué es? Es la violencia que de algún modo causa daño a la mujer o a la víctima. El opresor trabaja la violencia física sobre la mujer, dejando huellas físicas en ella y lo hace o lo hizo con golpes, empujones, patadas, mordiscos, puños, y hasta usando la amenaza de un arma blanca o pistola. El opresor usa también la violencia psíquica dónde usa humillaciones, irrespetos, desprecios, burlas y amenazas. La mujer así es víctima de una manipulación que hace que ella se sienta despreciadas, relegada, indefensa y arrinconada e incluso hasta culpable de las reacciones de su opresor marido o compañero. El opresor se vale de la violencia económica que se caracteriza porque la mujer no tenga acceso a un trabajo o al manejo del dinero familiar, o le da migajas de dinero, para que ella siempre dependa de él. El opresor aplica la violencia sexual y para ello se vale de la vida anterior de su pareja o de su mujer para vengarse de ella, y utiliza la coacción sexual, y la amenaza para que tenga relaciones sexuales con ella cuando él quiera sin que ella quiera. ¿Qué ha producido todo este tipo de violencias en la mujer? Miedo. Ella como víctima se ve atemorizada para convivir con el opresor y este hasta puede hacerle sentir culpabilidad y vergüenza por la situación.

La mujer lleva por dentro un gran anhelo ¡Liberarse del opresor!. Tienes dos opciones: Huir o quedarse al lado del opresor para que la mantenga. La mujer vive a su lado con un ahogo, con una desesperación, su vida se siente inferior, minimizada, corta, precaria y esclava. Vive una angustia espiritual y emocional. El opresor es un adversario. Es un malvado. La mujer está sometida a un régimen. Está en las manos de un tirano, de un dictador, de alguien que no tiene el mínimo sentimiento de amor y sus pretensiones de amor sólo son disfraces o máscaras que usa para conseguir la gratificación y exaltación de su Ego.

Ante toda esta amarga experiencia nace el deseo de libertad. La mujer quiere acabar con la tiranía y la opresión. La opresión implica una relación con el poder, mandato y control de la persona, ¿Qué hacer? El consejo de la Esencia Ein Sof dice que a paz nos llamó Dios y a libertad.

Lo primero es liberarse de la amargura del alma que es la aflicción, ¿Qué es? Es la opresión que me llevó hacia abajo y desde abajo es que se toma impulso para subir, para elevarme, para hacer en vida una resurrección o un levantarme. Renunció a estar abajo y decido ir a otro nivel. No he sido llamada a opresión, dominio, y control de nadie. Es preferible estar sola en paz y libertad que acompañada del agresor y del opresor. Reconozco que de algún modo he sido permisiva con esta opresión de meses y de años contra mi vida. Decido salir de la prisión. Lo que ah de ser que sea. Me mudo de la opresión a la libertad. Es mejor pan seco con agua en paz que comer exquisitos manjares en casa del opresor.

Decido que de esta quiebra me recupero. Decido no amargar mi vida bajo estados de aflicción causada. Humanizo mi vida y no la entrego a ningún control nocivo. Hago una libertad de expresión y una libertad de decisión. elijo mi buen destino. Comprendo que mi libertad es un constructo mental. Rompo las cadenas psicológicas que me ataban. Actuare conforme a mi valores y principios. Sacó de mí esta sensación de insatisfacción.

Elijo todo lo que a partir de hoy me haga libre. No lo voy a pensar lo voy a actuar. Lo que tiene que irse de mí, lo dejare ir. Seré feliz siendo feliz y triunfaré siendo más que victoriosa. Lucharé porque lucho por mi meta. Ahora es mi turno. Voy a descansar en Dios porque él es mi constante ayudador. No más estrés. No más nerviosismo. No más angustias. No más encierro. No más tensión alta y malestar interno. No más baja autoestima. Perdonó a mi opresor, pero me liberó. Soy importante y me daré el gusto de disfrutar mi plena libertad desde ahora siempre.



 
 
 

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Dr. Rey Estrada (Apóstol) - Derechos Reservados - Años 2015-2025

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