Este mundo moderno se mueve entre el oxigeno y lo tóxico. ¿Qué es el oxigeno y cuál es su función? El oxigeno es el generador de la energía vital de la célula. El aire que respiramos es el 78% de nitrógeno y el 21% de oxígeno. El ser humano inhala y exhala 16 veces por minutos. El oxigeno representa el 65% del cuerpo e influye en el 90% de la energía de todo el cuerpo.
Las células del cuerpo necesitan oxígeno para dos cosas en el cuerpo: Para producir moléculas de Trifosfato de Adenosina y elimina toxinas y desechos a través de la oxidación.
Un cuerpo oxigenado es un organismo viviente y encendido. Oxigeno es lo que este mundo en este momento necesita.
Debido al famoso coronavirus, algo bueno está pasando, ¿Qué? Las máquinas apagaron sus motores. La población mundial está en sus casas. No hay bancos, transporte, vuelos, ni vacaciones. Las chimeneas se apagaron. Los automóviles están en sus garajes. La tierra se está oxigenando, ¿Por qué y cómo? Porque el coronavirus ha puesto a los choferes de las grandes máquinas infecciosas y contaminantes en sus casas.
Es mejor la mitad del vaso que está lleno, que mira la mitad vacía. Cuando una máquina se detiene, la tierra respira libremente, y llena sus pulmones de energía. El impacto en el medio ambiente ha hecho posible la reducción de la actividad caliente de la industria y la disminución del transporte y vehículos en las calles y aviones en el aire, dejando un cielo despejado.
Se ha reducido en un 25% el dióxido de carbono que es una concentración de contaminantes. La cuarentena ha hecho posible que el aire sea más puro en las ciudades. Poner a las industrias en pausa es una gran ventaja, porque las máquinas se han silenciado.
Podemos tener un Optimismo más allá del miedo. Tenemos una mejor higiene. Las máquinas calientes necesitan de las manos del hombre. Ahora, las manos se han higienizado. 30 segundos o un minuto de un buen lavado de manos con agua y jabón o gel ha evitado que esas manos sean transmisoras de enfermedades. La gente ha aprendido a toser encima de su codo y no encima de su prójimo para contagiarlo del coronavirus.
¿Qué aprendemos aquí en el plano humano y de las relaciones? Que el hombre tiene tres máquinas en su cuerpo que puede silenciar para no causar daño. La máquina del corazón, la máquina de las manos, y la máquina de la boca.
¿Cuál es el lenguaje del corazón? Yashuah habló sobre la máquina del corazón en Mateo 15:19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
Nos encontramos en la guerra de las máquinas de corazones. ¿Por qué el corazón es una máquina? Porque máquina, ¿Qué es maquinar? Es ese plan secreto para manipular, asustar con algo que supone un perjuicio a la humanidad. Hay corazones tóxicos que envenenan, que producen efectos y alteraciones, o severos trastornos a otros.
El corazón de las elites es la máquina maligna que todos debemos parar, porque dividen, intoxican, confunden y distorsiona a la humanidad. Son corazones que programan ideas de mortalidad y reducción. El hombre es lo que piensa en su corazón.
Pero el hombre también es lo que hacen sus manos. La máquina de las manos son las que abren sus diez dedos para implantar los chips o la biotecnología o la mano tecnológica del chip y los tatuajes de puntos cuánticos en la piel. Estas son las manos que quieren conectar tu cerebro a las computadoras para hacer una simbiosis con inteligencia artificial.
Estas son las manos que van a un laboratorio a orquestar el virus del acabose. Son las manos que firman tratados secretos para subyugar a la humanidad.
Recuerdan la mano alzada de Heil Hitler. Fue un gesto muy significativo. Fue el saludo que le otorgó a Hitler un estatuto divino. Afirmó la identidad colectiva alemana. La de una sola raza al servicio de una sola causa. Heil Hitler fue la máquina de la mano dominante, asustadora y destructora.
Pero algo que también asusta es la máquina de la boca, ¿Cuál es? Es la boca de la sobreinformación dónde la gente está creyendo todo lo que escuchan o se lo digan y esa aceptación y docilidad es lo que causará la reducción de la humanidad.
¿Qué puede suceder después del coronavirus? Se encenderán las máquinas, se calentarán los motores de los poderosos y rugirán los leones en la pradera de este mundo. Los magnates ofrecerán las vacunas de código I. Oxigénate no lo permitas.
Habrá una disminución o pérdida generalizada de la actividad económica. Oxigénate ahorra y cultiva el campo. Los poderosos seguirán promoviendo el miedo colectivo. Oxigénate porque el opuesto al amor no es el odio es el miedo y un principio espiritual dice que el Eterno no te ha dado espíritu de miedo, sino espíritu de poder, de amor y de dominio propio.
Los poderosos recortarán las libertades de expresión y de cultos, para reducir la Fe de los pueblos y presentarán su nueva y creada religión única global y de sometimiento, Oxigénate tu Fe en el Eterno supera a tu Iglesismo y religión.
¿Quiénes son los que puede ocasionar todo esto? Hay dos términos aplicados a las elites actuales: Los Arcontes que son los simples gobernantes o presidentes de la tierra y arriba de ellos están los Draconianos que son los hombres lagartos con espíritu de severidad.
En el Siglo VII antes de Cristo, se levantó Dracón, un legislador ateniense griego que, promulgó el código de severidad, imponiendo la autoridad del estado sobre los clanes de familias para reducirlos. Dracón exaltó la supremacía de los poderes públicos sobre el pueblo. Dracón a cualquier delito le impuso la pena de muerte.
¿Qué hacer? Ni los Arcontes ni los Draconianos tienen alma. Son severos. Son los seres densos. Seres de oscuridad, gobernantes de este siglo, camuflados de políticos y directores de emporios, que no buscan el bien de la humanidad sino su reducción y control.
Oxigénate, y toma toda la armadura de Dios. Una armadura es una acción. Vístete con el cinturón de la verdad, investiga. Con la coraza de justicia, se recto. Con el poder de la palabra, decreta. Con el mensaje del amor, oxigena. Con el poder de la Fe, anima. Porque todo es posible -para aquel- que puede creerle a Dios en medio de estas locuras humanas y que pueda actuar.
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