LAS DOS VERDADES INTERNAS DE LA BIBLIA
La verdad científica y la verdad experimental. Una verdad científica bíblica es aquella que se establece a partir de una evidencia y que es verificada como el “Creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Vemos aquí que en primer lugar está la creación y luego el creador. En ese “Creó” nació la verdad científica. Dice primero “Creo” y luego dice “Dios” ¿Por qué? Porque la creación evidencia al creador. Da testimonio del origen y de la causa.
El argumento teleológico sostiene que el orden, propósito o diseño observable en el cosmos prueba la existencia de un Dios o una inteligencia creadora. Donde hay diseño hay diseñador.
La verdad científica bíblica, pertenece al hombre cognitivo y la verdad experimental al hombre espiritual. La verdad experimental no es una doctrina es una persona que es Cristo, pero se nos ánima a conocer la verdad (del personaje Yahshúa) y ella nos hará libres Juan 8:32.
La palabra verdad es del hebreo אֱמֶת (emet) y está compuesta por tres letras: álef (א), mem (מ) y tav (ת). De emet viene emunah que es fe y aman que es fidelidad. La verdad experimental es fe y fidelidad en Cristo y al unirlas produce firmeza de convicción. El Salmo 119:160 La suma de tu palabra es verdad. La palabra es la firma de Dios en Cristo. Algo que no esté firmado por Dios, no es ni auténtico ni válido, porque su palabra es la que produce la vida eterna. Yahshúa dijo en Juan 6:63 El espíritu es el que da vida y las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. La palabra de la verdad es una palabra creadora. Si no crea, no existe o está muerta.
La verdad científica en la biblia ¿Qué es? Es la verdad de la tabla. Es la verdad escrita. Es la verdad de los versículos. La verdad de la tabla ya está descubierta y por eso, se ha convertido en algo pública. Es la verdad del tablero. Es la verdad de la lectura.
Cualquier ojo ordinario puede leer en ella. La verdad de la tabla está afuera del hombre. No es una verdad en el espíritu, es una verdad en el ojo. Cuando alguien dice que se abran la biblia en el Salmo 23 es una verdad para el ojo (lean). Son lectores del tablero. También es una verdad para el oído. Escuchen todos lo que dice Ezequiel 37 sobre el valle de los huesos secos.
Ponemos a un niño o joven a leer la biblia, pero ¿Qué es la biblia? Es un tablero de muchos libros para leer. Intentamos que el niño crea en Dios, pero la pregunta es ¿Se cree por lectura? ¿Se cree porque el ojo lee o porque el oído, escucha? ¿Se cree por tablero? El creer es cognitivo, es muy intelectual. Es mu racional. El creer pertenece a la verdad científica bíblica, pero el niño pasa de la científica a la experimental, solo cuando tiene sed, deseo y anhelo por tener una experiencia íntima con el creador.
El creer solo lo posiciona en el tablero o aun en el camino para ir en pos de la verdad experimental en Cristo que es la verdad última de la vida espiritual. Se madura en Cristo no con un tablero de versículos sino con vivencias en Cristo. Si el que cree, no vive lo creído, su vida será tan solo religiosa, ritual, ficticia, ineficaz o inútil. Es un creer al estilo fariseo con una apariencia de santo que no lo es por experiencia en el espíritu. No hay santos por tablero. Hay santos por experiencia.
¿Cómo puede ser sincero, uno que cree y lee el tablero, pero no experimenta a Cristo o lo vive? Entonces, no le creamos al que cree o lee el tablero, creámosle al que vive a Cristo. Pablo, dijo en Gálatas 2:20 y Cristo vive en mí. Habló de una vivencia.
Las predicaciones de sermón solo producen creyentes de tablero y nada más. Gente del oído. Gente del intelecto. Gente de los versículos. Si no se regresa a casa a experimentar por obediencia simple y por una realidad pragmática, se convierte en un demonio, en aquel que habló Santiago “También los demonios creen”. La gente en el iglesismo debe tener hambre por la experiencia espiritual o vivencia. Muchos en el iglesismo solo son creyentes del tablero dominical.
No hay conversión por creencia, por tablero, sino por experiencia, porque vas de muerte a vida. La única respuesta a tu fe es la experiencia. La mujer del flujo de sangre vio a Yahshúa, creyó en él, lo había escuchado, pero ella, dijo lo voy a tocar, lo voy a vivir, lo voy a experimentar y lo tocó y fue curada en los dos sentidos, en el adentro salva y en el afuera la dejó el flujo de sangre, se secó y fue sanada.
Cuando hagas una pregunta por creencia, haz que se te vuelva una vivencia. Quién ha creído en Cristo y lo ha experimentado, ya nunca más se volverá en un imitador de otro, no será tablero, porque su vida está llena de vivencias reales de cambio y transformación. Ahora, podrá decir, soy sal de la tierra, soy luminar del mundo. Ahora, vive con raíces la verdad de la experiencia. No hay éxito en el creer sino en la experiencia espiritual.
¿Qué es el amor? ¿Es una creencia o es una experiencia? Si eres incapaz de amarte a ti mismo, no podrás amar a otros. se ama con la experiencia no con la teoría del tablero. Amarse a sí mismo es el comienzo de los demás amores. Quién se ama, rebosa de amor. Quién se confía a sí mismo, no puede desconfiar de nadie más. Hoy en día, se engaña a la gente con muchas creencias, pero no puede engañar a nadie en su experiencia ni con su vivencia. La experiencia tiene magia, porque puede convencer más rápido de que el creer y el ejemplo más pronto que la teoría. Tú no te conviertes en lo que crees, sino en lo vives. La experiencia llama a existencia lo creído.
La creencia del tablero no produce la verdad es la experiencia. La verdadera ignorancia es no hacer palpable la fe o la creencia. Descubrir la experiencia de la creencia es la tarea. Es un recorrido constante. El testigo de la fe es la experiencia. Tú no irás a la vida eterna, por la creencia sino por la experiencia relacionada con Dios y Cristo. Y ¿Qué significa en Juan 3:36 el que cree en el Hijo, tiene vida eterna? Significa experiencia no teoría de lectura. Puedes leer de Cristo y jamás nacer de nuevo.
La creencia no te va a dar la verdad, te la da la vivencia de esa verdad. La incredulidad de la creencia es no experimentarla. La incredulidad es creencia en forma negativa. La experiencia es creencia en forma positiva. El ateo como el teísta, ambos tienen creencia. El ateo no cree en Dios y el teísta creen en Dios. La barrera entre los dos no es la creencia es la experiencia. ¿Qué puede negar el ateo sino ha experimentado a Dios en su vida? Es una fanfarronería. Tú no eres cristiano por la creencia, sino por la vivencia. La experiencia es la indagación de la verdad. El hombre real espiritual es el que vive a Cristo.
La verdad no debe adaptarse al hombre real espiritual, sino que él se adapta a la verdad espiritual pragmática. Para el hombre real, el amor no es un credo es una experiencia. Para este hombre en Cristo, la otra cara del amor es amor, no odio. El se cansó de dañar, criticar, murmurar, resentir, destruir o dividir. Todo esto lo hizo bajo la experiencia de la ignorancia. El experimento que la lucha lo mantenía entretenido en el cuadrilátero del conflicto y que esa lucha lo hacía importante. El supo que el odio crea odio que va y viene. El decidió salir del estado negativo. Dr. Rey Estrada. Verdades con Limón.

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