Génesis 1:4,5 El símbolo espiritual de día
Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche; y fue la tarde y la mañana un día < Vayar Elohim et-ha'or ki-tov vayavdel Elohim beyn ha'or uveyn hajoshej. Vayikra Elohim la-or yom velachoshech kara laylah vayehi-erev vayehi-voker yom echad>
A esta altura, ya no tenemos sólo el pensamiento, el Verbo de Dios, sino también su visión “Y vio Dios que la luz era buena”. Al leer los términos “Dios” “luz”, “cielos”, “tierra”, “tinieblas”, “aguas”, “abismo” nos encontramos en sentidos espirituales. Dios todo lo ve luz, lo ve iluminado. La visión de Dios como visión de luz es conocimiento. Dios vio que el conocimiento era bueno.
Conocer los dos niveles espirituales es tener una visión completa; porque desde un estado inferior es que se puede apreciar y valorar el estado superior. Desde la sed se aprecia el gusto del agua fresca. Desde el sufrimiento se aprecia el bienestar de la gloria.
Desde el encierro de un hombre en una prisión es que puede valorar mucho su libertad. Ambos estados son necesarios. De hecho, son la realidad de la vida.
La luz pertenece a la esfera de los cielos y esta esfera la llevamos en el espíritu. Ahí la instaló Dios en cada ser humano para que brille e ilumine y no se deja apagar por nada inferior procedente de las tinieblas y ¿Dónde están las tinieblas? Están en el alma, por eso el alma vive su infierno en la ignorancia o en las tinieblas. El espíritu educa al alma, el superior educa al inferior.
Dios vio que la luz era buena porque su contraste era malo, era un mal espiritual. Un mal espiritual no es un ser llamado “Diablo” es un estado de inferioridad. Dios en Génesis 1:4 a la luz llamó Día, y a las tinieblas Noche; y fue la tarde y la mañana un día, la luz y el día son expresiones de los cielos, es decir, del alto nivel espiritual. El día y la noche pertenecen a la ley del contraste.
Hay hombres espirituales del día y hay hombres de la noche. Cada actitud, comportamiento o proceder del hombre revela si tal persona es del día o de la noche, por ejemplo: Cuando Caín asesinó a su hermano Abel, vemos al primer hijo de la noche y al primer hijo del día. Ambos hijos de Adán fueron hombres de dos estados diferentes. Ambos representaron la ley del contraste. Pablo les dijo a los creyentes en Tesalónica en 1 Tesalonicenses 5:5 que ellos eran hijos de luz e hijos del día y que al estar en esa dimensión o estado no podían ser hijos de la noche ni hijos de las tinieblas. Dr. Rey Estrada. Verdades con Limón.

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