Por experiencia cada quién en el estado más radical de su inferioridad halla el vacío existencial, se encuentra solo. Es el estado de soledad del Yo. ¿Quién lo acompaña? ¿Quién o qué lo asiste? El Yo no soporta encontrarse solitario o solo. Cuando el Yo se encuentra asimismo solo ve su mismo Yo, ve su Yo solo. El Yo debe comprender el sentido de su existencia. ¿Qué hace la sociocultura con el Yo? Lo entretiene. Juega con él. Le propone atracciones y diversiones. Hay que comenzar por quemar todos esos harapos sociales que ocultan la realidad del Yo. Existe un Yo solo. Un Yo que no quiere encontrarse consigo mismo. ¿Qué encuentra el Yo en su propia soledad? Encuentra el vacío existencial, ¿Qué es el vacío existencial? Es el Yo sin el sentido de existencia. El Yo pregunta, ¿Para qué vivo Yo? ¿Cuál es mi sentido? ¿Qué propósito tengo?
El Yo en su inferioridad busca y rebusca por cosas que lo distraigan o le hagan compañía. El Yo para no pensar en su vacío existencial, se inventa métodos de defensa. Nadie medita ni dedica tiempo a estar consigo mismo. ¿Qué se puede encontrar en ese silencio? Puede encontrar el lenguaje del silencio hablante que es la revelación de la esencia y de la presencia divina.
En un instante el Yo encuentra la presencia de Dios quien le enseña que forma parte del proyecto del Ein Sof, ¿Qué es? Es la adimensión sin límites. Es lo Todo supremo. Es el ingreso a lo infinito. Es el contenido de la eternidad. Es la adimensión de la sola luz inmarcesible. Es Dios mismo. Ein Sof es esencia divina. Cuando el Yo toma esa conciencia, elimina el vacío existencial, porque el Ein Sof lo llena todo y lo convierte en un Yo en Plenitud. El Ein Sof produce en el encuentro con el Yo el “Instante eterno” es ahí cuando adquiero conciencia divina.
El encuentro radical del Yo con el Ein Sof construye el sentido de existencia, llena el vacío interior y afirma la realidad que se le ha manifestado. Y ¿Qué conciencia obtiene? Obtiene la conciencia de ser Uno con el Todo Dios. Ya no hay vacío porque todo ha sido llenado de Dios. El Yo se encuentra en completitud. Todo está lleno en el Yo que ha tomado la conciencia del Uno con el Todo.
Mi conciencia me dice que no soy una chispa, ni porción, ni un fragmento parcial en esta existencia humana. Mi Yo no está solo. Tiene una existencia divina unida a él. A partir de esta conciencia mi Yo no depende de algo subjetivo que le llega de afuera sin Dios, sino de algo objetivo que son las potencias del Ein Sof. Mi Yo no admite una competencia de dioses. A mi Yo solo lo habita el Eterno porque mi Yo ha sido receptivo al Ein Sof. Con esta clara conciencia, mi Yo no retorna a esa subjetiva sensiblera que en su interior no hay nada, o que hay vacío existencial. Mi Yo no puede proyectar ninguna subjetividad porque se encuentra dentro de la totalidad del Dios que es todo y en todos, 1 Corintios 15:28. Pablo dijo en Gálatas 2:20 Y ya no vivo Yo mas Cristo el Ein Sof vive en mí. Se acabo el vacío existencial.
El sentido de la vida ha aparecido. La conexión con nuestro ser interior es real. Ahora hay satisfacción interior. Mi Yo ya no tiene profundidad y abismo, tiene el Ein Sof que es Cristo su Plenitud. Mi Yo está completo. Ha desaparecido la frustración existencial. Ese vació existencial o vacío del ser ha desaparecido. Mi sentido de vida no está en la búsqueda del placer, sino en la conciencia radical de que en Yo existe Dios que es el Eterno y todo lo suple. Ya no tengo que inventar el sentido de la vida. Llegó el tiempo de plenitud que es disfrutar lo creado y honrar al creador quién le ha dado el verdadero sentido a mi vida y ha llenado el vacío existencial.
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