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ELSÍNDROME DEL ESQUEÍSMO

Foto del escritor: Dr. Rey EstradaDr. Rey Estrada

Es la conducta humana que siempre tiende a buscarle a todo una excusa o un que o una justificación a su conducta tóxica en su lugar de enfrentar la situación y buscar la solución.


El problema del «esqueísmo» es precisamente eso: «es que...», «es que...» y «es que...» que nos impide actuar y nos aleja de ser quienes queremos ser. El esqueísmo es un patrón mental repetitivo. Es la grabación de ese pensamiento constante. El ser humano cada 24 horas es capaz de generar 60 mil pensamientos y cada tres segundos dispara una ráfagas de pensamientos constantes. De esos pensamientos: Muchos son irracionales, sin valor, no verídicos ni reales. Lo que tenemos que hacer es desmontarlos y no justificarlos.


¿Qué hay detrás de cada pensamiento esqueísta? Hay una creencia. Hay una disonancia cognitiva. A nuestro cerebro le gusta el orden y el equilibrio. Le encantas las afirmaciones altamente positivas o de fe. El cerebro rechaza la incongruencia entre lo que dices que quieres hacer. Cuando el cerebro te oye hablar de "es que tal cosa" te dice: Ya vienes con esas justificaciones.


¿En dónde está la batalla? Esta entre la emoción y la razón. La emoción es el micrófono de las excusas. es la que no para de repetir y de recitar las excusas. La emoción ¿Qué está haciendo? Está tratando por vía de repetición de convencer a la razón de la validez de esa excusa o pretexto. No es lo que dice la emoción sino la razón. A la razón no le gusta creer en las excusas de la emoción. No le gusta la "Disonancia cognitiva" ¿Qué es? Es esa tensión y malestar de juego entre dos ideas contradictorias o incompatibles. La disonancia es la creencia desarmonica con lo que realmente hacemos. Si tenemos pocas razones externas para justificar un comportamiento contradictorio, tendemos a cambiar de opinión para racionalizar nuestras acciones.


La disonancia cognitiva es la existencia de cogniciones (Conocimiento que una persona tiene sobre su sentimiento, pensamiento, conducta y entorno) no coherentes entre sí, produciendo en la persona un estado psicológico de contradicción que resulta incómodo, tenso y que intentará paliar buscando el modo de hacerlas más coherentes. Las cogniciones son creencias que la persona las entiende como reales:

Cogniciones consonantes: Sé que fumar perjudica y no fumo. Cogniciones disonantes: Sé que fumar perjudica y fumo.

  • Actuación contradictoria con actitudes previas: Uno actúa de un modo distinto al que piensa.

  • Actuación contradictoria con actuaciones previas: Uno actúa de un modo distinto a como lo hacía antes.

  • Actuación contradictoria con opiniones expresadas: Uno hace cosas contradictorias con lo que dice.

  • Actuación en contra de una actitud concreta que está incluida en una actitud más general: soy ecologista y no reciclo los residuos.

  • Relaciones con personas que mantienen actitudes contrarias a la propia en aspectos relevantes: mi pareja tiene ideas completamente contrarias a las mías.

La disonancia puede reducirse de diferentes formas:

  • Cambiando uno de los elementos disonantes. Es decir cambiando la conducta (no fumar) o cambiando los pensamientos (“fumar no es tan malo”)

  • Cambiando la importancia otorgada a los elementos, de forma que se considere que son más importantes las creencias que apoyan la conducta elegida (“fumar me provoca placer” vs. “fumar daña mi salud”: “disfrutar de la vida es más importante que la salud”).

  • Buscando y añadiendo nuevas cogniciones que sean consonantes con la conducta elegida (“tal persona con 65 años fuma y está muy sano”; “si prohíben el tabaco es por intereses políticos”).

  • La elección de una forma u otra dependerá de cuál sea más factible y eficaz. Cuando hay disonancia entre actitudes y conducta suele modificarse el elemento actitudinal (pensamiento). El cambio actitudinal será más probable: – Cuando la conducta disonante es ya inevitable. – Cuando la conducta consonante es muy difícil de llevar a cabo para la persona. – Cuando la conducta disonante es muy satisfactoria – Cuando la conducta consonante supone grandes costes.

¿Hasta cuándo seguirás engañándote a ti mismo? ¿Cuándo tomarás acción? Cuando tratamos de formar y mantener hábitos, buscamos alguna justificación para no cambiar y mantener este hábito en particular durante esa situación particular. Haz las tareas no completadas. Dejar inconclusa una actividad genera una carga de culpa y decepción. Tu cerebro guarda esta información negativa, tomándola en cuenta en el futuro.


Los tipos de Excusas:

  • La excusa de la falsa decisión: Este tipo de excusa involucra la toma de una decisión respecto a dos situaciones que no tienen nada que ver una con la otra.

Por ejemplo: “Hoy no puedo hacer ejercicio porque tengo que lavar ropa”, “No me lave los dientes antes de salir porque tuve que tender la cama”

¿En realidad tomar una decisión implica descartar la otra actividad?

  • La excusa del después lo hago: Esta es sin duda la más común. Y como su nombre lo dice implica posponer para luego una actividad a como de lugar.

Por ejemplo: “No importa que hoy me tome esta coca cola, porque mañana empiezo con la dieta”, “Mañana dejo de fumar, pero hoy puedo fumarme estos últimos cigarritos” “Tomaré esta taza de café y entonces empiezo a trabajar con el reporte

¿En verdad mañana será diferente?

  • La excusa de no tuve otra opción: Aunque es cierto que en algunas ocasiones podemos perder el autocontrol, en la mayoría de las excusas solo buscamos una explicación lógica del porque lo hicimos.

Por ejemplo: “Todos estaban fumando en la fiesta, no lo pude evitar” o “Alguien trajo pastel a la reunión, tuve que comerlo, que iban a pensar de mí sino lo hacía”

¿En realidad no tuviste otra opción?

  • La excusa de la excepción: Es verdad que existen ciertas excepciones que son reales, pero creo que puedes ver la diferencia cuando nos decimos algo para hacer valer esa excepción.

Por ejemplo: “Está lloviendo y no puedo hacer deporte”, “Estoy de vacaciones y puedo tomar todo el alcohol que quiera” “Hoy no cuenta porque es fin de semana”.

¿Crees en verdad que es una excepción válida?

  • La excusa de la mentira descarada: Este tipo de excusas son increíblemente ilógicas. Nos planteamos un razonamiento que no explica para nada la situación y aún así nos convencemos de que es verdad.

Por ejemplo: “Puedo comer esto porque aquí dice que es dietético” o “yo no necesito hacer ejercicio porque tengo buena genética”, “Yo como muy sano, tengo sobrepeso porque soy de huesos anchos», «Yo no tengo ningún otro vicio, solo fumo para relajarme»

¿En serio es ese el verdadero motivo?

  • La excusa del yo no fui: La mejor forma de deslindarnos de una responsabilidad es echarle la culpa a alguien más o algo más fuera de nuestras manos.

Por ejemplo: “Yo quiero terminar ese proyecto, pero la computadora que tengo es demasiado lenta”, “Tengo toda la intención de salir a correr pero mis tenis no son especiales para correr”, “Quiero comer mejor, pero mi jefe no me paga lo suficiente”

¿De verdad no es tu responsabilidad tomar acción? Pregúntate: ¿En verdad es así?, ¿existe algún otro motivo?, ¿por qué creo que me siento así?…Reconocer implica crecimiento personal y lo mejor es que podrás sobreponerte a estas excusas cuando reconozcas que así son. Dr. Rey Estrada. reyestrada26@gmail.com



 
 
 

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Dr. Rey Estrada (Apóstol) - Derechos Reservados - Años 2015-2025

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