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EL DESEO DE IETZER

Foto del escritor: Dr. Rey EstradaDr. Rey Estrada

¿Qué es el deseo? La palabra deseo es del hebreo Ietzer que viene de Yatzar que es lo formado. Ietzer es un efecto que proviene de una causa. Ietzer es embutir en un molde como lo hace un alfarero. Ietzer es hacer una resolución. El deseo es embutirse en o dentro de un molde. Ietzer es el que hace las formaciones.


Cuando Ietzer está unida a la palabra Hará se llama “Inclinación inevitable” y es Ietzer Hará cuando la inclinación es hacia el mal. Cuando Adán y Eva no había todavía conocido el bien y el mal, no habían activado su Ietzer Hará o su inclinación. ¿Existía con antelación el Ietzer Hará? Si, porque todo lo que se manifestó ya existía. Lo que no se manifiesta no existe o en su efecto existe, pero no le ha llegado su tiempo de manifestación. Adán y Eva manifestaron su Ietzer Hará o su inclinación al mal, cuando comieron del bien y del mal. El Ietzer Hará es un conocimiento del mal. Cuando Adán comió internalizo el Ietzer Hará en su vida y es inclinación pasó al resto de su posteridad. Desde el Edén, se inicio la batalla entre el Ietzer Hará y el Ietzer HaTov, ¿Qué es? Es la inclinación al bien, a la bondad y al bienestar.


Desde la transgresión de Adán, todos nacimos guerreros. Dos ciencias internas se fijaron en nuestro ser interior: El bien y el mal. Tenemos en el bien la buena inclinación y en el mal la mala inclinación. Ietzer Hará es mal impulso y Ietzer HaTov es buen impulso. Tenemos dos tipos de deseos: el deseo Hará y el deseo Tov. Nadie escapa a estos dos deseos internos, por eso, es la batalla de los deseos. En el lenguaje de la Cabalá, la palabra “Ángel” es energía para decir que Ietzer Hará es el ángel del mal y Ietzer HaTov es el ángel del bien. Al ángel o a la energía o al mensaje del Ietzer Hará se le llama “Malaj Hamavet”. Al ángel o a la energía o al mensaje del Ietzer HaTov se le llama “Malaj Jai” o el ángel de la vida. Los dos deseos es la batalla de los dos ángeles que no son seres alados sino energías de la concupiscencia.


El deseo es la expresión máxima de la concupiscencia. Hubo un niño que le aconsejó a su amigo de clases, que rompiera el espejo del baño que estaba en la escuela ya que era algo muy divertido y lo iba a disfrutar mucho; aunque el amigo no quería mucho, éste le insistía mucho hasta que el amigo lo hizo. Mientras estaba rompiendo el espejo, fue este niño con el director para acusar al amigo que estaba rompiendo el espejo. Cuando llegó el director, vio al niño cómo estaba rompiendo el espejo con todas sus ganas y por supuesto que el niño que lo acusó no le comentó al director que él había sido quien lo había incitado, sino al contrario, este niño le recomendó al director que lo expulse de la escuela. Cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído. Esta es la concupiscencia de los instintos y se conoce en hebreo como Ietzer.


¿Qué es permitir una tentación al deseo? Es permitir que el impulso insista, exista y se mantenga. Cuando la atracción persiste, se sostiene el deseo o la concupiscencia. Las tentaciones son antojos de la concupiscencia interior. El propósito de no tentar es no sufrir.


El deseo es Ietzer Hará en hebreo y significa el “Satán” y esto concuerda con lo que dijo Yahshua en Mateo 15:17 que del Corazón del hombre salen los malos deseos y pensamientos. El corazón es el nido de Satán. El corazón es Ietzer Hará. En el corazón es dónde nace, se fabrica y habita la concupiscencia que es la intensidad del deseo o la intensidad del Satán. Satán no es un ente cósmico, aéreo, invisible, sobrenatural. El Satán es el hombre mismo en el ejercicio del Ietzer Hará que incita a transgredir. El Satán es el ejercicio adverso al bien, a Dios, a la justicia, a la armonía.


El Ietzer Hará es la manifestación del instinto incorrecto y el Ietzer HaTov el instinto correcto. El Ietzer Hará está ubicado a nuestra izquierda y el Ietzer HaTov a nuestra derecha. ¿Es necesario que exista el Ietzer Hará? Si lo es, porque así como el avión necesita un viento contrario para decolar, asimismo, el hombre necesita al Ietzer Hará para fortalecer al Ietzer HaTov.


¿De dónde se nutre el Ietzer Hará? Se nutre del egoísmo, de la astucia, del celo, de la envidia, del rencor, del enojo, de la ira, de la amargura, de la maledicencia, de la mentira, de la codicia, etc. ¿De dónde se nutre el Ietzer HaTov? Se nutre del amor, del bien, de la bondad, de la paz, de la humildad, de la mansedumbre, de la verdad, de la honestidad, del buen nombre, de lo puro, de la justicia, etc.


El Ietzer Hará siempre está buscando gratificación. Busca que lo complazca nuestro pensamiento, sentimiento, y decisión. El plan del Ietzer Hará es gobernar mi alma y alejarla lo máximo que pueda del instinto del Ietzer HaTov. El Ietzer Hará es una fuerza e influencia brutal y nos convence a hacer lo que no queremos, Pablo dijo que el mal que no quería hacer, lo hizo, porque el bien no estaba en él, es decir, influyó primero el Ietzer Hará antes que el Ietzer HaTov.


Con el Ietzer Hará y el con Ietzer HaTov, tenemos dos clases de corazones y los dos surgen de la fuente del Deseo. El Ietzer Hará y el Ietzer HaTov son dos puertas que nuestro pensamiento, sentimiento y voluntad puede abrir en su momento preciso y la influencia que las hace abrir es la motivación interna que más prevalezca en ese momento de decisión. Motivación significa “Motor” o moverse desde adentro. La fuente que alimente a mi Ietzer Hará producirá su fruto y la fuente que alimente a mi Ietzer HaTov también produce su fruto. El Ietzer Hará es área oscura y el Ietzer Hará es área blanca. La sabiduría nuestra consiste en discernir qué o quién toca a las dos puertas de Hará o de HaTov. Yo soy el único responsable de abrir una de las dos puertas y asumo el resultado. Cada quién puede tomar la iniciativa.


Tenemos deseos internos, pero podemos dominarlos para ese se nos dio el poder de la templanza, ¿Qué es? Es la moderación de los deseos, lujurias, apetitos, concupiscencias e instintos. Templanza es del griego “Sofrosine” que es moderar la atracción y asegura el dominio de la voluntad. La palabra voluntad es del hebreo Ratzón que viene de Ratz que es “Corriente”. La voluntad es fluir, es hacer corriente o caudal. Cada vez que determinas, corres, o haces corriente o creas esa energía. La persona moderada guarda una sana discreción y no se deja arrastrar por la corriente externa de su voluntad para seguir la pasión de su deseo o de su concupiscencia.


Le rompes el código del Ietzer Hará con la potencia de la templanza. El mensaje constante del Ietzer Hará es “Tú no tienes lo que necesitas, gratifícalo”. El lenguaje del Ietzer Hará son las “Frases de falta”: necesito, no tengo, yo quiero, pobrecito de mí, es que hay, si fuera esto, si se me diera aquello. El Ietzer Hará siempre se está quejando por lo que le falta. Así estás bajo la influencia, el dominio y el lenguaje del Ietzer Hará. Tienes que cambiar el combate por “Todo lo que necesito lo tengo”. Cambias de no a si lo tienes. Deja de obsesionarte por lo que no tienes. Puede ser que no estás casado, pero eres soberano de tu soltería, puedes elegir la mejor y en su momento oportuno, haz templanza. Puede ser que no tienes por ahora una casa propia, pero tienes a tus hijos. Puede ser que no tiene todavía un trabajo, pero tienes manos y pies. Enfócate en lo que sí tienes. Todo lo puedes en Cristo que te fortalece. Cristo es la fuente de tu Ietzer HaTov. Dr. Rey Estrada. reyestrada26@gmail.com




 
 
 

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