La palabra «perdón», es «discernimiento», porque el perdón consiste en reconocer lo falso como falso, y luego descartarlo. Cuando se descarta se entra al desapego y aquello ya no está y no hay razón para aferrarse a ello. El desapego de la atadura del perdón favorece el despertar. A través del perdón estás liberándote de la culpa inconsciente. Todo va hacia afuera y tu marco interno espiritual está siendo libre, limpio y oxigenado. El perdón no es un sentimiento es una decisión. El perdón o perdonar te retorna a la fuente de la Unidad. Con perdón está sanando tu ser interior.
¿Por qué perdonar en lugar de aplicar ojo por ojo y justicia resuelta? Perdonas porque necesitas la paz porque reconoces esa guerra interior. Sin perdón no hay paz. Perdonar a otro es perdonarte a ti mismo, y no tiene nada que ver como sea la otra persona o si tiene que cambiar ella o no. Perdonas y punto. Lo único que tienes que cambiar es tu percepción sobre esa persona o esa situación y perdonando es como se cambia la mentalidad.
Haz este ejercicio para cambiar tu percepción y cambiar tu estado anímico interior:
(María) si te perdono, porque al hacerlo me estoy perdonando a mí mismo.
(Luis) te perdono para perdonarme.
(María) quiero verte de otra manera.
Abandono por perdón las armas que hay en mi mente.
Por medio de este perdón me ofrezco paz y quietud en mi interior.
Cuando no estamos en paz es porque es parte de la culpa inconsciente que está saliendo a la luz y es el momento preciso sanar nuestro ser interior. El rostro de la paz es el gran símbolo del perdón. En este rostro de paz ya no hay deseos de contienda, de venganza, de ofensa ni de defensa.
Cuando perdonas, eres el único que se vuelve libre. ¡No tiene nada que ver con la otra persona!. No perdonas porque la otra persona merece tu perdón. Perdonas porque mereces paz. Perdonar es una decisión. Dr. Rey Estrada. reyestrada26@gmail.com

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