Conozca al Dios del Reino: Capítulo 1
Sección 7: Conozca el Designio de Dios
Conocemos que, un decreto es un designio, propósito, plan e intención de la voluntad de Dios. Es un asunto privado. Es una exclusiva de la voluntad. Los designios respecto a Dios son impresos con propósito y nunca son arbitrarios. Vienen a la tierra con medios y recursos para efectuar los logros. El Dios que pudo decretar es el mismo que pudo demostrar que es soberano. Dios es el principio de todo lo que tiene que suceder, debe suceder, cómo suceder, cuándo suceder, por qué suceder y para que puede suceder. Dios a través de un decreto, pudo ejecutar de acuerdo a su plan predeterminado o escrito en su corazón y omnipensamiento y con antelación para los planos de orden natural y espiritual. La voluntad soberana de Dios, no hizo arbitrariedad al libre ejercicio del albedrío/voluntad de sus criaturas, ni tampoco quitó la libertad ni la contingencia de las causas secundarias, sino más bien las estableció, (Santiago 1:13,17) (1 Juan 1:5). Dios tiene el control sobre todo lo creado, sobre todos los seres humanos y sobre todos los sucesos históricos de la vida. Nada del hombre o del movimiento del universo sorprendió a Dios o lo tomó por sorpresa o admiración.
Conocemos que, la historia del mundo y la historia de cada criatura expresan el poder de la providencia de Dios. Lo que Dios creó, lo sostuvo y sostiene. La palabra “providencia” como la palabra “proveer” vienen del latín “pro video”, que es el video proyectado con antelación o visto de antemano”. La providencia implica hacer un arreglo cuidadoso preparado previamente para cumplir un fin, idea, plan, proyecto, plan o propósito determinado “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó varón y hembra los creó…Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgarla, y señoread sobre ella…” (Génesis 1:27,28). Dios creó varón y hembra y les dio cinco verbos de acción. Fueron creados para dar florecer o dar fruto, para multiplicar cualquier múltiplo matemático o de semilla, para lograr la plenitud de las cosas, para dominar sobre todo aspecto negativo y para que fueran señores de la tierra y paran ello, su providencia arregló todos los medios posibles para ese fin o finalidad.
Conocemos que, fue el poder de proveer todo lo necesario para llevar a cabo lo que ha sido decretado de antemano. Que Dios decretó y a la vez proveyó todo desde antes de la fundación del mundo. Que los decretos hicieron el trazo del plan o plano, pero la providencia hizo la guía de todas las cosas para llevar a cabo ese plan en la historicidad del universo. Que los decretos tomaron lugar en la eternidad; y la que también fue trazada en la eternidad tomaron lugar en el tiempo y espacio del universo y mundo y hombre.
Conocemos que, Dios a través de las leyes del universo, leyes espirituales, leyes éticas, leyes morales, y leyes de la vida, ha dejado al hombre la oportunidad de evitar el sufrimiento, si a ellas se sujeta, y sin las acata le darán dicha y felicidad.
Conocemos que, Dios todo lo predestinó conforme a Su propósito, Efesios 1:11. Que Dios es el que vivifica todas las cosas, Nehemías 9:6.
Conocemos que, Boulé es del griego y denota un pensamiento que desemboca en una decisión “A éste, entregado por determinado consejo y providencia de Dios, prendisteis y matasteis por manos de los inicuos, crucificándole” (Hechos 2:23). Que en el pensamiento de Dios estaba decretada la crucifixión del Mesías/Mashiahj de Israel. Que la providencia del primer siglo, proveyó al público para la crucifixión, por ley de correspondencia y que por el atributo de su “anticipado conocimiento”, se juntaron en esta ciudad contra tu santo Hijo Yahshúa, al cual Ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los Gentiles y los pueblos de Israel, para hacer lo que tu mano y tu consejo había antes determinado que había de ser hecho, Hechos 4:27,28. Que Boulé es el pensamiento que desembocó en la decisión.
Conocemos que, Thelema es la aplicación del designio o el decreto de la voluntad de una persona, “…del que hace todas las cosas según el designio de Su voluntad” (Efesios 1:11). Que Thelema fue el decreto que desembocó en la voluntad.
Conocemos que, Eudokía es el puro afecto de la voluntad de Dios que desembocó en deleite, “En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su voluntad” (Efesios 1:5). Que Eudokia es amor que desemboca en deleite.
Conocemos que, Próthesis es un propósito que reflejó un decreto tomado de antemano y abarcó causas, efectos, recursos, medios y fines para su cumplimiento efectivo en el tiempo preciso de Dios. Que un propósito de Dios reveló la intención, y la infalible ejecución a la que llegaría un asunto o evento, “Y sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, es a saber, a los que conforme al propósito son llamados” (Romanos 8:28).
Conocemos que, Prognosis es el atributo de la presciencia de Dios, que revela “conocer de antemano”. Este conocimiento de Dios es afectivo, entrañable y mental, “Porque a los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29).
Conocemos que, Prohorizo es el acto de predestinar de antemano, trazando una línea divisora, que delimite campos y áreas para el futuro, “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó” (Romanos 8:30).
Conocemos que, Proetoimazo es un preparar de antemano, “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.
Conocemos que, en la naturaleza de Dios un decreto es Uno. Que, aunque usamos el plural “decretos”, sin embargo, en su propia naturaleza, el decreto de Dios es un acto singular de Dios. Que La Biblia nos habla es de Próthesis o de propósitos (consejos de Dios). Que no hay series de decretos en Dios, sino un plan que abarca todo lo que sucede. Que, debido a nuestra comprensión finita de los asuntos espirituales de Dios, esto nos obliga a hacer distinciones, y por eso hablamos en plural de los “decretos” de Dios. Que desde la “eternidad pasada”, Dios libre y soberanamente, en virtud de lo que determinó, sabia y amorosamente todo cuanto ha de suceder y tal como sucedió, estableció un propósito, un consejo, o un decreto inalterable. Que Todo lo que Dios ha decidido que suceda, lo vio todo en el presente de su eternidad. Que ningún atributo divino puede obrar separadamente de los otros, sino que ha de tenerlos a todos en cuenta. Que el decreto de Dios guarda estrecha relación con el conocimiento divino.
Conocemos que, hay en Dios, un conocimiento necesario, que incluye todas las causas posibles y sus resultados. Que este conocimiento proporcionó el material para el decreto, y fue la fuente de donde Dios extrajo los pensamientos que deseaba objetivar. Que todo tiene cabida en el decreto de Dios. Que el único mal verdadero, que fue el pecado, no fue querido, sino sólo tolerado por Dios, pero después quitado de en medio, Hebreos 9:26. Que este riesgo estaba previsto por Dios al dotar al hombre de libre albedrío, pero las fatalidades del hombre no pueden impedir que Dios lleve las riendas de la historia y redención del pecado. Que los decretos son la manifestación y ejercicio interno de los atributos de Dios, que convierte en seguro el futuro de las cosas. Que se debe hacer distinción entre el decreto y su ejecución. Que el crear fue el acto de Dios, y que la creación fue el resultado de lo ejecutado por Dios.
Conocemos que, uno de los términos claves cuando se habla del decreto es “consejo”, y este sugiere una cuidadosa deliberación y consulta. Que Dios cuando formó su determinación la hizo con una sabia visión y conocimiento de todas las cosas y personas, “Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora notificada por la iglesia a los principados y potestades en los cielos, Conforme a la determinación eterna, que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor” (Efesios 3:10,11).
Conocemos que, un decreto es eterno: Todos los actos de Dios son eternos, puesto que en Dios no existe la sucesión de los momentos. Que hay eternidad en todos sus decretos. Que los actos decretivos de Dios terminan en el tiempo, en una edad o dispensación, como la creación, la justificación, la redención, la profecía y que estos actos son temporales y no eternos en la infinitud, “Que nos salvó y llamó con vocación santa, no conforme a nuestras obras, mas según el intento suyo y gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” (2 Timoteo 1:9) Que hubo un verdadero orden cronológico en los eventos decretados por Dios antes de los tiempos de los siglos. Que algo es eterno o es Aionios mientras el propósito estuvo cumplimiento su trabajo, misión y que, al lograr el objetivo, regresó con la plena satisfacción a Dios.
Conocemos que, un decreto es eficaz porque nada pudo frustrar su propósito, “Que anuncio lo por venir desde el principio, y desde antiguo lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quisiere” (Isaías 46:10)
Conocemos que, un decreto es inmutable. Que los decretos del hombre son muy diferentes a los de Dios. Que el hombre puede alterar sus planes, debido a diversas razones: -al planear le faltó seriedad de propósito- su sentimiento sufrió alteración y no quiso proseguir- no entendió bien el plan o le faltó poder para realizarlo. Pero a Dios no le faltó ni conocimiento, ni veracidad, ni poder. Dios no necesitó cambiar su decreto debido a un error motivado por la ignorancia, ni debido a incapacidad para ejecutarlo. Dios no tuvo por qué cambiar ningún decreto, puesto que Él es inmutable, fiel y verdadero, “A éste, entregado por determinado consejo y providencia de Dios, prendisteis y matasteis por manos de los inicuos, crucificándole” (Hechos 2:23)
Conocemos que, el decreto es incondicional: Que algo incondicional no depende de ninguna cosa que no sea parte del que decretó. Que en el decreto de Dios no hubo nada condicionado por alguna cosa que no estuvo incluida en el decreto. Pero para la ejecución del plan de Dios, se requirió medios, o condiciones, pero aún esos medios y condiciones también fueron determinados en el decreto por Dios. Que Dios no simplemente decretó salvar a los pecadores; sino que también determinó los medios conducentes para efectuar su decreto, “Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8)
Conocemos que, el decreto es Universal porque incluyó todo lo que tiene que suceder en el universo, sea en su aspecto físico, moral, que se trate del bien o del mal. Dios pudo permitir un mal para sacar un bien para una persona o toda una nación, “Vosotros pensasteis mal sobre mí, más Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20). Que las buenas obras- los actos malvados- los eventos circunstanciales- los medios como los fines- la duración de la vida del hombre, son cosas que Dios permite para que se cumplan sus decretos establecidos de antemano en este universo.
Conocemos que, el decreto es permisivo en cuanto al mal moral. Que Dios “no obra el querer como el hacer”, cuando el hombre va en contra de su palabra, su integridad y su voluntad. Que es un decreto que vuelve absolutamente seguro los futuros actos del hombre san bueno o malos. Que Dios no estorbar el deseo ni la ejecución de lo que voluntariamente el hombre ha decidió ejecutar ni conducir ni concluir. Que la voluntad decretiva de Dios produce el claro entendimiento de lo que sucedió, sucede y sucederá.
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